Tenerife

En esta ocasión queriamos un viaje de relax. Un lugar con buen clima, un buen hotel y un todo incluido. Y llegamos al mini-aeropuerto de "Los Rodeos". Desde allí cogimos un taxi hasta el hotel PlayaCanaria en el Puerto de la Cruz. En el hotel no faltaba de nada, toboganes en la piscina, jacuzzi, cócteles, vamos... lo que viene siendo un Todo Incluido. El primer día lo dedicamos a eso, a disfrutar de lo que nos ofrecía el hotel.

Por la mañana cogimos el autobús gratuito que ponía el hotel para bajar al Puerto de la Cruz. Estuvimos toda la mañana recorriendo el lugar, sus playas rocosas de arena negra. su paseo marítimo, sus calles llenas de tiendas y souvenires y nos dedicamos también a buscar el lugar más económico donde comprar nuestras entradas para el Loro Parque (las encontramos más baratas y con dos gorras de regalo) Compramos tabaco, puros y algunos souvenires. Las casas me llamaron la atención, eran de lo más pintorescas.  Casi todas las calles estaban empedradas y hacían que el lugar fuese aún más encantador. Cerca de la playa había un montón de hoteles antiguos y ruinosos (supongo que de la época del boom turístico de los sesenta) La tarde la dedicamos a descansar en la hamaca de la piscina entre cóctel y cóctel.

Al dia siguiente tuvimos la visita al Loro Parque. Es sin duda, el mejor parque de animales que he visto en mi vida. ¡Es obligatorio! Es una verdadera belleza. Por algo es el mejor zoo de Europa y el segundo mejor del mundo.  Llegamos hasta el parque en un trenecito amarillo, la guagua como le dicen ellos. No solo es ver animales, es disfrutar de grandes espectaculos, delfines, focas, orcas, loros, chimpancés, tigres, nutrias, gorilas, suricatas, perezosos, flamencos, grullas, pingüinos, medusas, carpas, aligatores, iguanas, tortugas... ¡Hay de todo! Disfrutamos también en el orquidario, en el aviario y paseamos por la jungla Ara viendo su exuberante y frondosa vegetación, un ambiente húmedo, el sonido de las cascadas de agua y los guacamayos revoloteando sin parar. Y una cosa que nos encantó fue el pueblo Thai. Aquí se ha recreado la arquitectura tradicional de Tailandia. Es el mayor pueblo Thai fuera de Tailandia que existe. Su aspecto es súper exótico. Disfrutamos como niños de este parque.

El siguiente día lo dedicamos por completo a descansar, fuimos al jacuzzi exterior, hicimos tiro con arco y por la tarde estuvimos unas dos horas en el spa. ¡el mejor en el que he estado! camas de agua, cuellos de cisne, jet a distintas alturas, piscina de frutas, piscina de cantos rodados, ... Un día completo de relax.

Nos levantamos temprano, desayunamos, recogimos el picnic para el almuerzo y nos fuimos a alquilar un coche. Un Renault Clio de color rojo. Y pusimos rumbo al Parque Nacional del Teide. La subida fue espectacular, íbamos dejando la zona poblada mientras ascendíamos hasta llegar a un frondoso bosque donde nos llovía. Dejamos atrás el  bosque y continuamos subiendo hasta llegar al ¡desierto! El Teide es el pico más alto de España y es un volcán que sigue en activo. Apenas hay vegetación, todo es arena y piedra porosa. Vimos el Roque Cinchado (aparecía en los billetes de 1.000 pesetas) y nos llamó mucho la atención los Tajinaste rojos.

Desde el Parque Nacional del Teide nos fuimos a Icod de los Vinos a visitar el emblema de la isla. el Drago. Es un árbol inmenso y se puede ver desde un patio donde te venden souvenires. Pero es verdaderamente magnifico. Después de ver el árbol nos comimos nuestro picnic entre lagartijas de colores. ¡Hay por todas partes! Después nos fuimos hasta Santa Cruz y dimos un paseo. Por la noche conocimos a unos recién casados en el hotel y nos fuimos a tomar algo al puerto. Nos enseñaron a jugar al póker y al día siguiente nos acompañaron a Los Lagos Martianez.

 Los Lagos Martianez son unos lagos artificiales de agua salada. Esta rodeado de amplias y tranquilas zonas de solarium, playas y exóticos jardines. Tiene 5 islas que albergan una sala de fiesta, restaurantes de lujo, otro de estilo grill,... El precio de la entrada para todo el día por persona es de 5€ y merece la pena. Parece que estás en el Caribe. Hay fuentes, cascadas, ... Las piscinas son enormes. Disfrutamos muchísimo del lugar, aunque el día estaba fresco (era Junio) y el agua estaba fría era imposible estar allí y no disfrutar del agua. Muy recomendable la visita. 

La isla o el norte que es lo que nosotros vimos nos encantó, Tenerife es una isla preciosa y un perfecto destino para relajarte y desconectar. ¡Muy recomendable!